En mi trabajo se está poniendo la cosa muy difícil, y no voy a echar la culpa al Gobierno ni a personas ajenas a él, sino simplemente a los que dirigen y gestionan la empresa y nuestros puestos de trabajo.
Tras algunos rumores de despidos de un número serio de personas, han despedido a unos pocos y al resto nos han dejado "de momento" en la cuerda floja.
Han dividido al personal en tres grupos: los buenos, los medios y los "malos". Se han basado en los datos de los últimos 5 meses, y hasta aquí sería todo correcto si todos hubiésemos jugado con las mismas cartas. Pero no. Los buenos, han tenido clientes de la empresa, a los que es relativamente fácil modificarles el contrato por otro mejor, al menos te atienden. A los medios también les han facilitado las cosas, pero no han llegado a los objetivos o han hecho el corte a escasas décimas de los que a ellos estaban. Y los "malos", hemos empezado a vagar de un departamento a otro varias veces al día, sin saber ya lo que decir o qué ofrecer al cliente o aun no cliente.
Yo de momento sigo con mis 30 horas semanales, pero tengo compañeros, que tienen que vivir e ir a trabajar con un contrato de 18 horas a la semana, un sueldo que no llega ni a 500 euros y que encima, les piden que vayan a trabajar con una sonrisa.
Irónico!
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