Hace dos días un hombre ayudó a morir a su mujer que padecía una enfermedad degenerativa desde hacía 32 años y estaba en fase terminal. Ese día fue detenido y puesto a disposición judicial.
Con este caso, se reabre otra vez la polémica de la "eutanasia asistida" y la "muerte digna".
Y digo yo, ¿por qué no se legaliza la eutanasia para aquellas personas que ya no desean seguir viviendo porque su enfermedad no tiene cura y están en un estado vegatal, o con dolores tan intensos que ni las más potentes medicinas alivian ese dolor? Creo que para nadie es fácil despedirse de un familiar, un amigo o un ser querido, pero más difícil es aún ver cómo esa persona se muere día a día, sufriendo, y sin poder hacer nada.
No podemos jugar a ser Dios, y cada persona debería de decidir sobre su vida y su muerte.
Todo ser vivo se merece una vida digna.
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